Niños y sus peluches favoritos

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Los niños suelen tener juguetes y peluches en abundancia, sin embargo, siempre hay un peluche que se destaca sobre los demás. Este acompañante fiel va a todas partes, dondequiera que vayan. ¿Te resulta familiar? Probablemente tú también tuviste un peluche especial cuando eras niño, así que no es tan extraño que tu hijo también lo tenga. Pero, ¿por qué los niños tienen un peluche favorito y a qué edad esto podría ser poco saludable? ¿O es que no deberíamos asociarle una edad? Todo eso lo descubrirás aquí.

 

Por qué un peluche favorito es beneficioso

Tu hijo o hija es inseparable de su peluche, ¡y eso es bueno! Los peluches, o uno en particular, ayudan a los niños en su desarrollo emocional. Los peluches brindan apoyo cuando el niño está asustado o triste, por ejemplo. Esto se debe a que desde una edad temprana, los niños encuentran consuelo y seguridad en sus peluches. Siempre que el niño se sienta incómodo o te extrañe como padre, el peluche puede calmarlo. De esta manera, siempre hay algo cerca cuando tu hijo lo necesita. Aunque un peluche no esté vivo o sea "real", para los niños es una historia diferente. Gracias a su rica imaginación, a menudo creen que los peluches sí están vivos.

Los peluches brindan apoyo emocional, pero también ayudan con otra cosa: la independencia. Cuando tu hijo enfrenta algo que le resulta emocionante, puede usar el peluche para "mostrarle cómo hacerlo". Por ejemplo, probar cosas nuevas, dormir en casa de los abuelos o dormir solo. Finalmente, ese peluche favorito también estimula la creatividad de tu hijo. Cuando los niños juegan con su peluche, se estimula la parte creativa de sus cerebros.

 

Hasta qué edad necesitan los niños un peluche, un pañuelo o un muñeco?

Tu hijo tiene un peluche favorito. Es natural que estén inseparables. A medida que los niños crecen, entre los dos y los cinco años, naturalmente comenzarán a alejarse más de su peluche. Como padre, es mejor que fomentes este proceso. Aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte:

  • Los peluches a menudo se utilizan para el consuelo. Intenta ofrecer consuelo tú mismo/a cuando tu hijo lo necesite.
  • Reduce el uso del peluche. Habla con tu hijo sobre la idea de que el peluche no siempre puede acompañarlos.
  • Intenta poner el peluche fuera de la vista con más frecuencia o distrae a tu hijo con otras actividades.
  • No dejes que la situación se vuelva tensa. No pelees por el peluche, ya que eso solo hará que tu hijo necesite más consuelo y, por lo tanto, quiera el peluche aún más.

Pero ¿qué pasa si mi hijo ya tiene más de cinco años y aún necesita un peluche? En ese caso, tampoco es el fin del mundo. Lo mejor es dejar que tu hijo sienta y decida si aún necesita el peluche. Con los consejos anteriores, puedes fomentar el distanciamiento. Lo importante es que se tomen el tiempo juntos para esto, para evitar frustraciones.

¿Tiene tu hijo un peluche favorito?