Los niños a veces están más activos o más tranquilos. Nosotros, como personas, no siempre nos sentimos igual y lo mismo ocurre con nuestros hijos. Sin embargo, puede que tu pequeño sea muy activo y presente con frecuencia. ¿Tienes en casa también un verdadero torbellino de energía? En este blog compartimos nuestros consejos para que puedas ayudar a tu hijo a canalizar esa energía vibrante en resultados positivos.
Realiza actividades creativas con tu hijo
Una de las mejores formas de liberar energía es a través de la creatividad. Dibujar, hacer música, construir cosas, entre otras actividades. Sea lo que sea, permite que tu hijo exprese su energía. Por ejemplo, tocar instrumentos musicales puede ayudar a tu hijo a canalizar toda esa energía en la creación de música. Así, su vívida imaginación se convierte en algo audible. Cualquier actividad creativa puede reducir el comportamiento agitado de tu pequeño.
Haz deporte y muévete, así tu hijo se cansará automáticamente
¿Tu hijo no para quieto y corre por toda la casa? Una dosis de actividad física a través del deporte y el juego garantizará que esa energía se disipe. También puedes animar a tu hijo a correr tras un frisbee o una pelota. ¿La gran ventaja? Es mucho menos agotador para ti que para tu hijo. Así, conservas tu energía mientras tu pequeño aventurero la libera por completo. Jugar al fútbol o dar un paseo en bicicleta también son excelentes opciones, depende de lo que les guste.
De la agitación a la evaluación y la calma
¿Han agotado toda su energía tú y tu hijo? Entonces, siéntense juntos en el sofá para ver una película o serie infantil. Este es también el momento ideal para hablar sobre el juego. ¿Qué hizo que tu hijo se cansara rápidamente? ¿Qué le gustó hacer? Al hablar con tus hijos, no solo los conoces mejor, sino que también les ayudas a conocerse mejor a sí mismos. De esta manera, desarrollan la capacidad de reconocer mejor su propio comportamiento. Los niños son muy inteligentes y, una vez que perciben señales, idearán naturalmente una forma de liberar esa energía. Además, de esta manera construyes un vínculo de confianza sólido con tu hijo.
No encuentro la solución con mi hijo, ¿y ahora qué?
Por supuesto, puede suceder que en ocasiones no encuentres la solución con tu hijo. ¿Notas, por ejemplo, que están muy activos con frecuencia? Entonces, tal vez sea una buena idea hablar con la escuela. Los maestros son expertos en el trabajo con niños pequeños y pueden ofrecerte apoyo si es necesario. También puede ser útil consultar a un especialista en crianza. Ellos pueden orientarte para convertir el comportamiento agitado de tu hijo en energía positiva.
