Una vez que los niños cumplen dos años y medio, pueden empezar a ir al preescolar. Aquí, los niños pueden asistir hasta los cuatro años. En el preescolar, los niños aprenden a jugar juntos con otros y hacen nuevos amiguitos y amiguitas. Además, el preescolar es una excelente preparación para la escuela primaria. Aquí tienes algunas situaciones reconocibles cuando tu hijo va por primera vez al preescolar.
Jugar, aprender y desarrollarse
El preescolar es el momento ideal para que los niños desarrollen sus habilidades sociales. Piensa en colaborar con niños de su misma edad, discutir y luego hacer las paces, y en la importancia de compartir todo de manera justa. Además, en el preescolar los niños empiezan a tener pequeñas responsabilidades y a seguir reglas que facilitan la transición a la escuela primaria. En resumen, una experiencia llena de nuevas lecciones de vida.
Jugar en grupo
En muchos casos, el preescolar es el momento en el que los niños tienen que aprender a funcionar en grupo por primera vez. Puede ser un poco difícil al principio, pero es muy beneficioso para los niños. Aprenden a defenderse, a comunicar sus necesidades y, sobre todo, a relacionarse con los demás. Jugar juntos en el preescolar puede dar lugar a las primeras amistades, ¡qué adorable, ¿verdad?
Un poco de tranquilidad en casa
Aunque a veces no queramos admitirlo, todos necesitamos un poco de tiempo para nosotros mismos. Especialmente en los primeros años, los niños pequeños pueden tener dificultades para estar solos, lo que significa que debemos sacrificar nuestro tiempo. Cuando van al preescolar, de repente tienes un espacio de tiempo en tu día. Finalmente, puedes disfrutar de la tranquilidad que a veces es tan necesaria.
Decir adiós
Aunque el tiempo en el preescolar es solo por unas pocas horas al día, despedirse puede resultar difícil las primeras veces. Es algo por lo que pasan todos los padres, pero también los propios niños. Por eso, no hagas la despedida más difícil de lo necesario ni la prolongues demasiado. Verás que con el tiempo se hace más fácil, ¡de verdad! De esta manera, los niños ganan más confianza en sí mismos y aprenden a ser más independientes.
Mocos y resfriados
Una desventaja de llevar a tu hijo al preescolar: ¡más mocos y resfriados! Cuando los niños van al preescolar, de repente entran en contacto con otros niños, lo que significa nuevas bacterias y virus. En primer lugar, esto no supone ningún problema y es beneficioso para el sistema inmunológico de tu hijo. Además, con el tiempo, las enfermedades serán menos frecuentes.