Los animales, a veces son como personas. Tener una mascota tiene un efecto en tu hijo de cualquier manera. Hay un amigo extra corriendo, nadando o volando por la casa. Y eso significa jugar, aprender y descubrir. Un fiel compañero, un amigo emplumado o un camarada subacuático es un verdadero maestro para tu hijo. En este blog te explicamos por qué es así.
Cuidando a vuestra mascota
Un animal, al igual que nosotros, necesita comer y beber. Además, vuestro fiel compañero necesita un entorno limpio y cuidado. Claro, eso depende del tipo de animal. Se dice que la forma en que alguien trata a los animales dice mucho sobre cómo trata a las personas. Al crecer con una mascota, tu hijo aprende desde temprano cómo cuidar a los seres vivos.
Tu mascota aporta orden y confianza para tu hijo
Dado que a tu hijo le encanta vuestro fiel compañero, hará todo lo posible para cuidarlo bien. Esta responsabilidad también proporciona estructura en casa. Tu hijo aprende que es importante establecer rutinas y hábitos en las actividades diarias. Esto le será útil en la escuela. Debido a que tu hijo toma tan en serio esta tarea de cuidado, tu mascota estará más feliz. Y tu hijo lo notará también. Porque tu mascota sabe muy bien quién cuida tan bien de él/ella. ¿Qué mejor reconocimiento puede recibir tu hijo que el amor incondicional de un animal? Un verdadero impulso para la confianza.
El apoyo emocional de un animal para tu hijo
Cada niño necesita apoyo emocional. Un animal ofrece un fuerte apoyo emocional. Como no hablan nuestro idioma, los animales pueden escuchar sin juzgar. Tu hijo puede expresar todos sus sentimientos al animal, sin temor a una reacción negativa. Los perros y gatos pueden acurrucarse con tu hijo, y como mucho, ladran o ronronean. Los peces y los conejos apenas hacen ruido. Tu hijo puede hablar libremente.
Hacer amigos, tu hijo aprende de tu mascota
Tu mascota enseña a tu hijo cómo hacer amigos y construir una relación. Pasan tanto tiempo juntos que una verdadera amistad es necesaria. Por lo tanto, tu hijo aprende de vuestro amigo animal cómo satisfacer las necesidades. A veces, tu mascota quiere algo diferente que tu hijo. Los animales expresan claramente lo que les gusta y lo que no. Entonces, como padre, debes enseñarles a tus hijos cómo lidiar con eso. Así, tus hijos aprenderán a reconocer estas señales por sí mismos y qué hacer al respecto. Esto hace que tu hijo sea más emocionalmente inteligente.
Spelen, spelen en nog eens spelen, ook dieren zijn er dol op
¿Has visto alguna vez a un perro con una pelota de tenis? Siguen y siguen, y nunca es suficiente. Tu hijo tiene un compañero de juegos más. Eso es una ventaja, porque ahora como padre (si tu hijo es lo suficientemente mayor y autónomo), no siempre tienes que ir al columpio o al tobogán. Dale a tu hijo una pelota de tenis y se entretendrán un rato. Una competencia con el perro o el gato los mantendrá ocupados por un buen rato.