Coles de Bruselas, endivias o brócoli: las verduras más odiadas por los niños. No te preocupes, a medida que crecen, comienzan a apreciar cada vez más diferentes tipos de alimentos. Pero, ¿qué hacer si tu hijo es un comedor difícil?
¿Cuándo se considera que un niño es un comedor difícil?
No hay reglas estrictas sobre cuándo un niño es un "comedor difícil", ya que cada niño es diferente y puede reaccionar de diferentes maneras ante los alimentos. Algunos niños son naturalmente selectivos y solo comen un número limitado de alimentos. Otros, en cambio, son más aventureros y les gusta probar cosas nuevas. Cuando los niños no les gusta nada o solo se atreven a comer un número limitado de alimentos, a menudo lo llamamos un comedor difícil.
¿Por qué mi hijo es un comedor difícil?
Hay varias razones por las cuales los niños pueden ser comensales difíciles. Piensa en el aburrimiento, cuando a los niños se les presenta constantemente la misma comida, esto puede llevar al aburrimiento o la resistencia a comer. Pero también los hábitos alimenticios poco saludables, como comer muchas golosinas y bocadillos, hacen que los niños no elijan rápidamente las opciones saludables. Aunque darles un dulce es fácil para mantener a los niños tranquilos por un momento, no debes hacerlo con demasiada frecuencia. Además, la investigación sugiere que si eres un comedor difícil está determinado genéticamente. Así que no te sientas culpable como padre si tu hijo no quiere comer.
Entonces, los padres no siempre pueden hacer algo cuando su hijo es un comedor difícil. Pero sigue siendo una situación molesta tanto para el padre como para el niño. Afortunadamente, hay varias cosas que puedes hacer para ayudar a los niños que son comensales difíciles:
- Ofrece una variedad de alimentos saludables. Introduce nuevos alimentos y sigue haciéndolo, incluso si al principio tu hijo se niega a comerlos. Los niños a veces necesitan acostumbrarse a nuevos alimentos, así que en esta situación, la perseverancia es la clave.
- Involucra a tu hijo en la preparación de comidas y en las compras. Cuando los niños participan en la elaboración de sus propias comidas, están más dispuestos a comerlas.
- No fuerces nada. Forzar o castigar probablemente solo llevará a la resistencia y a una peor experiencia de comida. Al asociar emociones negativas con la comida, estás complicando aún más la situación. ¡Así que es algo que definitivamente no debes hacer!
- Haz que los alimentos saludables sean atractivos presentándolos de manera divertida. Por ejemplo, usa formas divertidas para cortar los alimentos o crea un patrón divertido en el plato.
- Crea un ambiente positivo y relajado durante las comidas para toda la familia. Crea un ambiente cómodo y tranquilo sin distracciones, como la televisión o los teléfonos móviles. Al comer juntos como familia y hablar sobre el día, reduces la presión en las comidas. Esto hace que sea más fácil para los comensales difíciles empezar a comer.
- Sé paciente. A veces puede llevar tiempo que un niño se acostumbre a nuevos alimentos. Continúa ofreciendo y no te rindas demasiado rápido, incluso si te sientes frustrado.